El arte de combinar paisajes y vinos
- Felipe Pintos

- 28 dic 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 30 ene
Agradecemos la colaboración de Agustina de Alba, distinguida como "Mejor Sommelier de Argentina" en 2008 y 2012, y reconocida entre los cinco mejores comunicadores del vino a nivel mundial en 2023.
También extendemos nuestro agradecimiento a la Bodega Saldungaray por proporcionar información valiosa sobre su establecimiento y la región.
Hablar de turismo en Argentina es hablar de experiencias que despiertan los sentidos. Y si hay algo que conecta personas, paisajes y culturas, es el vino. En nuestro país, este mundo va mucho más allá de los sabores: recorrer una región vitivinícola significa descubrir su esencia, entender cómo el clima, el suelo y el trabajo de las personas se unen para crear algo único e irrepetible.
"El clima tiene una enorme influencia en las características del vino y en su perfil aromático: climas más cálidos generan más azúcar en las uvas y, por ende, vinos más alcohólicos y de menor acidez; climas fríos generan menos azúcar, menos alcohol y mayor acidez/frescura en el vino. El suelo, la forma y su composición influyen en el volumen y en la textura del vino en la boca. El vino no es sólo aroma, sabor y cuerpo, es también textura: me refiero a las sensaciones táctiles que suceden en la lengua"
En este rincón bonaerense, la Bodega Saldungaray es una parada obligada. Con 12 hectáreas de viñedos propios, producen tintos, blancos, rosados y espumosos elaborados bajo el método champenoise. Además, ofrecen una experiencia completa: visitas guiadas, catas dirigidas y una tienda donde podés llevarte sus vinos y hasta mermeladas artesanales hechas con frutos de sus propios viñedos.
"Es importante recordar que la variedad de uva es apenas la primera capa. Si con hablar de la variedad alcanzara, un Malbec de Salta sería igual a uno de Mendoza... ¡y esto no es así! Ahí es cuando la variedad se convierte en un vehículo para expresar un lugar, y aparece el concepto de terroir, que es lo que otorga la identidad a cada vino"
El microclima de la región, con días soleados, noches frescas y pocas lluvias, aporta personalidad a cada botella. Y todo esto se vive entre los cordones serranos de Ventania y Pillahuincó, un paisaje que potencia cada experiencia.
"Cada vino es único e irrepetible porque combina la influencia del clima, el suelo y la mirada del productor, quien con su estilo y decisiones da forma al resultado final. Desde el momento de cosecha hasta el tipo de vinificación, todo influye en las características finales del vino"
Viajar a las sierras y disfrutar de un buen vino no es solo un plan para pasar el día: es algo que reconecta, relaja y queda grabado en la memoria. Es la combinación perfecta entre naturaleza y buen vino, una experiencia que vale la pena vivir.
Si querés mas información o conocer la bodega:











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